martes, 20 de diciembre de 2011

MISFITS

imagen: eclektica.blogspot.com

      Lo prometido es deuda. En el pasado post del 29 de noviembre, dije que haría una reseña sobre Misfits y aquí la tenéis:
Misfits es una serie diferente a todas, o al menos lo fue durante dos espléndidas temporadas. Os aseguro que es una de las series con la que más he disfrutado, reído y alucinado en toda mi vida, aunque más adelante os comente que su 3ª temporada, recién emitida, haya dejado mucho que desear.
      Para empezar por el principio, como es mi costumbre, hay que mencionar que ya con el temazo del opening (“Echoes” de The Rapture) uno recibe una tremenda descarga de electricidad y  se contagia de las ingentes cantidades de energía que posee esta producción. Uno de los aciertos más grandes en cuanto a temas musicales para openings de series, sin duda. Nunca me cansaré de oírlo.
          Algunos datos: Misfits se empezó a emitir el 12 de noviembre de 2009, en la cadena de televisión británica E4, y fue producida por Clerkenwell Films.  La 1ª temporada consta de solo 6 episodios, que bastaron para que la serie diera el pelotazo en U.K.  La 2ª temporada tiene 7 episodios, siendo el último un especial de Navidad que resulta tronchante. El último episodio de la 2º temporada alcanzó los 1,2 millones de espectadores. La tercera temporada fue estrenada en otoño de 2011 y consta de 8 episodios. Es ganadora de un premio BAFTA en 2010 al "Mejor Drama".
imagen: universo-ravenblack.blogspot.com

      Misfits es una serie de humor y drama que cuenta la historia y peripecias de un grupo de 5 jóvenes, adolescentes problemáticos,  que cumplen servicio a la comunidad por actos vandálicos. Durante una tormenta eléctrica, el grupo es alcanzado por un rayo y adquieren poderes especiales. Estos poderes se irán descubriendo a lo largo de los capítulos de la 1ª temporada. Pronto, los poderes y otros afectados por la tormenta, terminarán por complicarles la vida y habrán de convertirse en unos “pseudohéroes” muy cafres, vulgares, salidos y por qué no, también nobles a su manera. Os los presento (están en el orden de la foto superior): Alisha (Antonia Thomas) puede enviar a la gente a un frenesí sexual cuando tocan su piel; Curtis (Nathan Stewart-Jarrett) adquiere la capacidad de volver atrás en el tiempo; Kelly (Lauren Socha), la más “choni” y con un acento terrible y casi ininteligible, pero con un corazón de oro, recibe el don de la telepatía; Nathan (Robert Sheehan), que será el último en descubrir su poder, el cual omito aquí porque os aprecio y no puedo haceros tal spoiler y Simon (Iwan Rheon), tímido y apocado, que puede hacerse invisible. Nathan es sin duda el alma de Misfits.  Histriónico, siempre excitado, engreído, agudo y lenguaraz, nos proporcionará momentos realmente memorables. Él, junto al personaje de Simon, que tiene una trayectoria verdaderamente interesante, son lo mejor de la serie.
      A partir de aquí no os cuento nada más. Si os apetece, descubridlo vosotros mismos. Eso sí, os advierto que si empezáis no podréis parar de reír a carcajadas con las situaciones absolutamente delirantes que se suceden a lo largo de las dos primeras temporadas. Además el ritmo está bastante bien logrado, manteniendo siempre vivo el interés del espectador por ver qué ocurre en el siguiente capítulo.
       Y como inexorablemente todo llega, es el momento de contaros lo que me ha parecido la 3ª temporada, que se empezó a emitir en otoño de 2011.  Veamos, partiendo (y siento el spoiler) del hándicap que supone que Robert Sheenan haya abandonado la serie y teniendo en cuenta que su personaje, Nathan, era el 60% de la misma, había gran expectación por ver qué solución proponían los guionistas. Acabo de terminar la temporada completa, y con excepción del 3x3, que no estuvo mal, pero que después se reveló como un capítulo aislado que no iba a marcar la línea argumental de esta temporada, la serie, a mi juicio, ha perdido el rumbo por completo. Eso sí, en el último capítulo, en los últimos 20 minutos más bien, la serie recupera la senda de lo que tenía que haber sido, dejando un final de temporada que abona un buen terreno para el comienzo de la 4ª. Una buena season finale para una temporada muy mediocre. La nueva incorporación, llamada a sustituir a Nathan, es un tal Rudy (Joe Gilgun), al que muy equivocadamente han intentado convertir en un nuevo Nathan, pero que no posee ni un gramo de la gracia y desparpajo que tenía Robert Sheenan, y que no ha logrado en 6 episodios hacerme reír ni una sola vez (es más, el personaje es totalmente prescindible y resulta muy cargante. Cae verdaderamente mal).
      A todo esto debo añadir que la presente temporada no tiene  trama alguna y hasta ahora se ha limitado a descabezar capítulos sueltos, sin relación entre ellos. Además, no hay villano alguno contra el que luchar, ni problema sustancial que resolver. Resultado: ha desaparecido el humor, no hay emoción ni cliffhangers, y para colmo, están desperdiciando alegremente el personaje de Simon, que fue uno de los pilares de la 2ª temporada. La irreverente e hilarante Misfits, desprovista de la brillantez que aportaba el humor mordaz de Nathan, se ha visto reducida a un amasijo de comentarios soeces introducidos a la fuerza, personajes planos que  tienen sórdidos encuentros sexuales sin ton ni son, poderes que van y vienen, y un débil hilo argumental que no se sabe muy bien a dónde conduce. Todo un despropósito nada entretenido.
Se ha confirmado la renovación de Misfits por una 4ª temporada, seguramente aprovechando el tirón y la popularidad adquirida entre el público joven, pero, sinceramente, mucho tienen que reconducir la historia para que Misfits vuelva a ser lo que fue. Ojalá. Sería la primera en celebrarlo.


 
 Opening de Misfits

lunes, 12 de diciembre de 2011

Cumpleaños


      Tal día como hoy a mediados de la década de los 70, exactamente 649 años tras la fundación de la ciudad de Tenochtitlán por los aztecas y justo 500 años después de que Isabel la Católica fuera proclamada reina en Segovia, mi madre decidió que era un momento estupendo para traerme a este mundo. Y estaba en lo cierto, pues la fortuna siempre me ha acompañado. Tanto es así, que justamente otro 12 de diciembre, treinta y tantos años después de ese feliz día, yo misma recibí el mejor regalo de cumpleaños que podría desear: esa fuerza de la naturaleza de pelo amarillo y ojos color wengué, idénticos a los míos, al que solemos llamar  “Power” muy acertadamente. Hoy cumple dos años, y yo algunos más. A modo de celebración de este doble aniversario os propongo esta brevedad, dedicándola a todas las madres del mundo y a sus “breves momentos de flaqueza”…

      Breve momento de flaqueza

      Perdida toda esperanza, agotada y sedienta tras caminar durante milenios por desiertos y vergeles, buscó Danu la sombra de una higuera y se dejó caer a sus pies. Recostó la espalda contra el liso tronco y, enterrando el rostro entre sus manos, tembló y dejó escapar un lento sollozo.
      A miles de años luz o, quién sabe, quizá solo a unas pulgadas, amanecía perezosamente un nuevo día. A medida que la esfera incandescente, no tan fulgurante esta vez, se elevaba sobre el horizonte, el pánico y la desazón cundían como la pólvora entre las sencillas gentes, que miraban al cielo con pavor.       

      Mientras la tierra se abría y los mares se plegaban en letales tsunamis, el venerado orbe, ajeno al cataclismo, se alzaba esa mañana eclipsado por una extraña silueta con forma de árbol.