sábado, 29 de septiembre de 2012

El eco




El Eco fue el tema del concurso Cuenta 140 de El Cultural.es la semana pasada. No ha sido una semana muy prolífica en mi caso, pero aquí van mis aportaciones. Ninguna de ellas ha tenido éxito (lo que, dados los derroteros que está tomando el certamen, quizá sea una buena señal), pero, ya que concursaron, han de dar la cara y exponerse a la burla y el escarnio.


 Juegos de niños


¡Eh, sacadme de aquí!
Su voz rebota en las paredes del aljibe abandonado y Miki empieza a pensar que ese juego ya no tiene ninguna gracia. 



Aullidos

De niño me aterraba el eco de los aullidos de los lobos. Claro que aún no había oído a aquellos que descuartizo en las noches de luna llena.


Y una última travesura que más que un micro es un desahogo. No es muy bueno, pero dado que no he podido asistir a las últimas manifestaciones, valga para que nadie se apropie de mi silencio y lo interprete como una muestra de apoyo:

 Carreras de futuro

Su cabeza estaba tan hueca que solo oía el eco de sus escasas ideas. Se dedicó a la política y triunfó. Ahora es Ministro de Educación.


El tema de la semana que viene es EL FUTURO. Ya veremos si me animo. 
Saludos. 





 
 

 


jueves, 27 de septiembre de 2012

Algunos aforismos literarios



   Estos son algunos de los aforismos recogidos en el libro El equilibrista, de Andrés Neuman. Obra compuesta a su vez por tres libros de aforismos que hacen un recorrido por la vida cotidiana (I), la estética y el arte (II) y la escritura y la literatura (III) y por Diario de un aforista, pequeña colección de microensayos que plantean una profunda reflexión sobre el lenguaje literario y otros aspectos. Me ha parecido una lectura muy interesante y necesaria, que arroja luz sobre algunas cuestiones con las que topamos inevitablemente quienes intentamos, con más o menos fortuna, juntar palabras, atrapar pensamientos y narrar historias.
     Aquí dejo mis preferidos, más que nada, para tenerlos siempre a mano.


Escribir no es un deseo: es una orden.

Corregir es el aprendizaje más terrible: ¿cómo es posible que, para escribir apenas un poco mejor, tengamos que entender que escribimos tan mal?


La corrección es el segundo turno del talento.


Cuando no escribe, un cuentista se halla en estado de expectación. Un novelista, en estado larvario. Un poeta, en estado de susceptibilidad. Y un ensayista, en estado de confusión.


¿Forma y contenido? Cualquier escritor sabe que ha conseguido decir lo que quería solo cuando siente que lo ha dicho como quería.


En el sueño nacen los relatos. En la vigilia suceden los textos.


Un adjetivo es un acto de valor.


El cuento es un dardo. La novela, un radar.


Puntúo como respiro; respiro como puntúo.


La escritura es, en última instancia, un acto de entrega física.


La diferencia entre un mentiroso y un cuentista es que este último tiene el don de la oportunidad.


Si el personaje de un cuento se limita a representar una idea, la historia quedará hueca. Pero si el personaje aparece henchido de contradicciones, la narración correrá el riesgo de extraviarse. He ahí la delizadeza del cuento, su difícil medio hacer.


Organizar el miedo y luego dispersarlo: eso es atmósfera.


Leer como si, dentro de un minuto, nos fueran a apagar la luz.




Andrés Neuman (del libro El equilibrista)





jueves, 20 de septiembre de 2012

Concurso Cuenta 140. El Cultural.es



        




             ¿Por qué matas esas hormigas, hermanito?
       Porque puedo.
       Y fueron cuatro los pies pisoteando y aniquilando por placer.

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              Impaciente, termina el dictador de firmar las órdenes de ejecución. Llega tarde a su cita con Madame Dominatrix y su fusta con tachuelas.



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        Podía elegir entre echar la última moneda a la tragaperras o irse a casa con su familia. Al final resultó que no podía.





      Estas son mis aportaciones de esta semana al concurso Cuenta 140 de El Cultural.es, conducido en esta edición por Juan Aparicio Belmonte. En concreto esta semana el tema propuesto es El Poder. Aunque es difícil quedar entre los 20 finalistas semanales (y más aún ganar) por la enorme cantidad de micros que se mandan, algunos muy buenos, resulta un ejercicio estimulante y desoxidante para la vuelta de las vacaciones. Si el tiempo escurridizo y mi particular mad-life me lo permiten, seguiré jugando las próximas semanas.



miércoles, 5 de septiembre de 2012

La cucharada estrecha

      Un fama descubrió que la virtud era un microbio redondo y lleno de patas. Instantáneamente dio a beber una gran cucharada de virtud a su suegra. El resultado fue horrible: esta señora renunció a sus comentarios mordaces, fundó un club para la protección de alpinistas extraviados, y en menos de dos meses se condujo de manera tan ejemplar que los defectos de su hija, hasta entonces inadvertidos, pasaron a primer plano con gran sobresalto y estupefacción del fama. No le quedó más remedio que dar una cucharada de virtud a su mujer, la cual lo abandonó esa misma noche por encontrarlo grosero, insignificante, y en todo diferente de los arquetipos morales que flotaban rutilando ante sus ojos.
      El fama lo pensó largamente, y al final se tomó un frasco de virtud. Pero lo mismo sigue vivendo solo y triste. Cuando se cruza en la calle con su suegra o su mujer, ambos se saludan respetuosamente y desde lejos. No se atreven siquiera a hablarse, tanta es su respectiva perfección y el miedo que tienen de contaminarse.


Julio Cortázar (del libro Historias de cronopios y de famas)


Julio Cortázar