miércoles, 24 de octubre de 2012

Octubre, 17

      Mi colegio, antes el de mi madre y ahora el de mis hijos, tiene un bosque con árboles centenarios y jardines donde hay laberintos en los que cuentan que a veces desaparecen niños demasiado curiosos. Tiene edificios vetustos y cobertizos escondidos donde escabullirse del maestro unos minutos y traficar con estampas. Mientras lo recorro con mi hijo a media mañana después de visitar al médico, a esa hora en la que están todos en clase y uno se siente especial por llegar tarde y acompañado de su madre, charlamos sobre lo formidable que es el jardín, y Juan me dice que hay gente enterrada en él. Y que una vez una monja se ahorcó en el árbol de morera. Yo me río y le tomo el pelo,y le digo que eso son cuentos de los niños. Y él me dice que no, que es verdad, que mire las tumbas que hay bajo los árboles, y yo me río aún más y le explico que no son tumbas, sino carteles que especifican la especie botánica del árbol. Dejo a Juan en su clase y, mientras desando el largo camino, entorno los ojos y puedo ver a mi madre de niña charlando con sus compañeras, a mí misma, con mi coleta y mi mirada tímida, y mi vieja guitarra a la espalda. Y no sé si es porque paseo entre fantasmas del pasado, pero de repente también a mí me parecen pequeñas tumbas los carteles bajo los árboles, y al salir, saludo al guarda con la sensación de abandonar un cementerio rebosante de vida.

jueves, 18 de octubre de 2012

Balance positivo

BALANCE POSITIVO

De corazón y científicamente calculada para no romperme ningún diente fue la bofetada que me dio mi madre cuando se enteró. Húmedo y asombrosamente electrizante fue el beso en la boca que me dio Carolina cuando le declaré mi amor y le regalé el anillo de la abuela, el de platino con diamantes. Y aunque al final no quiso ser mi novia (según dijo, era demasiado joven para atarse, pero el anillo se lo quedaba como recuerdo) y la mejilla me duele todavía, ese primer beso, a mis diez años, ha sido lo más alucinante que me ha pasado en la vida.


Primera de mis propuestas para ReC. Esta semana la frase de inicio se las traía...



ESCÁNDALO


De corazón y científicamente calculada para no dejar marcas visibles fue la bofetada que mi padre me dio la mañana en que Pablo y su madre, lívido él, furibunda ella, llamaron al timbre y le mostraron el vídeo que,  como si de pólvora se tratase, circulaba por internet mostrando nuestras habilidades como matones del colegio. Y puede que me la mereciera, porque, como dijo mi padre, ahora que los de anticorrupción están encima de él por el asunto ese de las comisiones, no nos conviene en absoluto ser el foco de atención, y mucho menos un escándalo. 





  Segunda propuesta para ReC. Semana del 18 de octubre.







jueves, 11 de octubre de 2012

Repostería fina



      Con esa exactitud tan característica de la ciencia. Así mezcla sor Teresa los ingredientes. Porque, no nos engañemos, la cocina es una ciencia y las monjas son sus maestras. 100 gramos de azúcar, un avemaría —al padre Luis le va a encantar—, almendras, ajonjolí, un padrenuestro —¡qué pesado es!, todo el día predicando el voto de pobreza e intentando que donemos las joyas de la Virgen—, y el toque final: una pizca de canela… —este cura moderno y melenudo es, además de progre, un goloso. Seguro que no se resiste a mi  brioche— …y 50 miligramos de cianuro, ni uno más ni uno menos.



Microrrelato participante en Relatos en Cadena en la semana del 11 de octubre de 2012.