Ni el reloj despertador que
sonó a las 7:20 a.m., como cada lunes, ni el móvil de la madre, cuya alarma saltó a las 7:40, lograron despertar a la familia. Todos permanecieron inertes,
yaciendo en sus camas. Al notar esta anomalía, Barbie Rapunzel salió de su
estantería para ver qué ocurría. Se descolgó hasta la balda donde se sentaba
Bob Esponja y lo zarandeó hasta despertarlo. Lo puso al corriente de la
situación y juntos saltaron sobre la cama del niño. Tras pellizcarlo y tirarle
del pelo sin resultado, corrieron a la habitación de los padres. Repitieron la
operación, pero nada ocurrió. Muy triste, Bob Esponja miró a Barbie Rapunzel y
le dijo: “Es inútil. Están todos muertos.” Barbie enjugó una espesa lágrima de
PVC, cogió a Bob Esponja de la felpuda mano y lo arrastró por toda la casa,
mientras abría puertas y rebuscaba en armarios. Finalmente llegaron a la cocina.
Sentado sobre la encimera, silbaba tranquilamente Pinocho (madera de pino,
articulado, adquirido en un mercadillo artesanal). A Barbie le bastó con ver su
sonrisa torcida y la mirada malévola: “Has sido tú, alimaña envidiosa. Querías ser un
hijo más y como no te hicieron caso, abriste la llave del gas anoche. Pero no
te vas a salir con la tuya. ¡Vas a arder en el infierno, psicópata de madera!” Y
dicho esto, agarró una cerilla y la prendió. Una gran deflagración, seguida de
una potente onda expansiva, hizo saltar la casa por los aires. Todo quedó
reducido a una lluvia mansa de pequeños
trocitos inidentificables mezclados con ceniza. En los periódicos dijeron que
el padre, parado de larga duración y sin prestación por desempleo, estaba
desesperado y quiso acabar con todo. Pero yo, que escribo estas líneas, y ahora
tú, que las has leído, sabemos la verdad. Aunque de nada nos sirve.
domingo, 15 de abril de 2012
miércoles, 4 de abril de 2012
Concurso de microrrelatos fantasmales
Un suceso tan insólito como inesperado ha ocurrido en MadSeason: Mi breve relato "El Rey y la corista" ha quedado finalista en el concurso de microrrelatos fantasmales convocado por la Editorial Páginas de Espuma. No hace falta decir que la alegría inunda este pequeño rincón del ciberespacio.
Podéis leer los demás premiados haciendo clic aquí. Os reproduzco mi relato premiado y otro que también concursó (con menos suerte), para los que sois perezosos con el ratón.
“El Rey y la
corista”
—No creo en
fantasmas, pero me dan miedo —susurra Marilyn. Elvis la abraza afectuosamente
mientras contemplan Manhattan desde lo alto del puente de Brooklyn.
—A mí lo que
me asusta es la eternidad.
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"Travesía"
—No creo en fantasmas, pero me dan miedo.
—Bobadas.
La pareja
danza lánguidamente observada por dos hipocampos.
—También temo a los icebergs.
—Descuida, amor. El Titanic es el mejor barco del
mundo.
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