martes, 18 de diciembre de 2012

Gratitud


   Relato con el que participé en el certamen Esta Noche Te Cuento  del mes de noviembre. El tema era "Como el fuego". He estado tan liada que había olvidado publicarlo. 



      La casa está en llamas, y nosotras ya estamos muertas. Lo vi venir en cuanto encendiste ese último cigarrillo diciéndome con mucha guasa que a tus ochenta y cinco el tabaco ya no iba a matarte. Después, entre lentas caladas, comenzaste una de tus digresiones nostálgicas sobre lo hermosa que fuiste. “Podía haber tenido a cualquier hombre, querida, pero el matrimonio no es para mí, ¡siempre fui un espíritu libre!”, decías siempre. Y nos dormimos. Tus dedos enredados en mis orejas y yo ronroneando estruendosamente. Cuando desperté, las cortinas ya ardían, crepitantes y vivarachas. Pensé en alertarte ─un leve arañazo hubiera bastado─ pero entonces vi el incendio reflejado en tus ojos. Y que en lugar de apretar el medallón de teleasistencia domiciliaria, te arreglabas el pelo con cuidado, colocabas las manos sobre el regazo y adoptabas una postura glamurosa, muy digna ─como de estrella de cine mudo─ mientras te disponías a contemplar cómo el fuego daba cuenta de las fotos de familia. Noté que me rascabas cariñosamente la nuca, y supe que me agradecías el sutil empujoncito que le había dado al cigarrillo.



domingo, 2 de diciembre de 2012

La primera sabiduría

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      LA FICCIÓN fue la primera sabiduría de la humanidad. Cuando la realidad exterior parecía solo un conjunto de adversidades incomprensibles, hostiles, violentas, la ficción ayudó a entenderla: el sol es una brasa que una mano inocente lanzó una vez al cielo, el viento nos trae la voz de los muertos, la lluvia derrama de repente sobre nosotros las lágrimas perdidas, en los sueños nos habla lo que deseamos o lo que tememos. La ficción fue la primera forma comprensible de la realidad.


José María Merino (tomado del libro "La glorieta de los fugitivos". 2º paso de "La glorieta miniatura").